miércoles, 7 de agosto de 2024

Construcción del Ferrocarril del Sureste 1934-1977


Desde finales del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, el sistema ferroviario de la península estuvo dedicado a la conexión interna. A pesar de que la red incluía gran parte del territorio peninsular, no existió una línea que la comunicara con otras partes de México. Esto cambiará con la construcción del Ferrocarril del Sureste, que unió los territorios de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas, Tabasco y Veracruz.

Como ya ha analizado Raquel Barceló, los primeros intentos de construir un ferrocarril en la península se remontan a 1857, cuando Santiago Méndez Echazarreta formuló un proyecto en materia ferroviaria. 2 No obstante, los esfuerzos no florecieron y fue hasta 1875 que se comenzó a construir la línea. La edificación se alargó por seis años y la vía de Mérida al puerto de Progreso se inauguró el 15 de septiembre de 1881. En los siguientes años se entregaron otras concesiones para construir líneas que conectarán la capital yucateca con Peto, Valladolid, Campeche, Izamal y Muna. Los caminos de hierro estaban controlados por las élites locales, pues eran necesarios para el transporte del henequén, que comenzó a ser el producto principal de la economía yucateca en las postrimerías del siglo XIX.

En 1898 se inauguró la vía que conectó Yucatán con Campeche. En 1900 se planteó un proyecto para crear una ruta ferroviaria que uniera lo que actualmente es Quintana Roo con el sistema ferroviario yucateco. El desarrollo de la Guerra de Castas y la huida de los mayas a las selvas del oriente peninsular dieron como resultado que se planteara construir un camino de hierro con fines militares. La ruta iría de Peto a San Antonio y de ahí a la Bahía del Espíritu Santo. Después, se proyectó conectarla con Valladolid y entablar una conexión entre Peto y la Bahía del Espíritu Santo, hasta llegar al Río Hondo. La empresa fue denominada Ferrocarriles Sud Orientales y sus accionistas consideraban que los ferrocarriles eran indispensables para terminar la guerra y mejorar las condiciones comerciales, pues se pretendía impulsar el intercambio de productos en esas tierras. Por falta de presupuesto, solamente se construyeron 14 kilómetros de la línea y el proyecto quedó abandonado.

De 1876 a 1901 el sistema ferroviario estaba en manos de seis compañías, cada una con un consejo de administración y diferentes personajes de la élite local. No obstante, en 1902 se fusionaron y formaron una sola: Ferrocarriles Unidos de Yucatán. Su capital fue de 23 millones de pesos, que se dividieron en 23 mil acciones de mil pesos. La red tuvo una extensión aproximada de 904 kilómetros con cuatro divisiones:  la norte, la sur, la oriente y la oeste. En 1913 se terminó de construir la última línea de importancia en la península, la que conectó Mérida con Tizimín. Con ello, el sistema ferroviario yucateco quedó consolidado.

En 1915, los caminos de hierro fueron incautados por Salvador Alvarado, quien los denominó Ferrocarriles Constitucionalistas. Sus recursos se pusieron a disposición del gobierno de Venustiano Carranza y, a diferencia de otras partes de México, no fueron destruidos o detonados por motivos de guerra. Al terminar el gobierno de Alvarado fueron devueltos a sus antiguos dueños y la empresa retomó el nombre de Ferrocarriles Unidos de Yucatán, hasta que se planteó crear una red que uniera las vías de la península con las nacionales y los denominó Ferrocarriles del Sureste, que tuvieron un periodo que abarca de 1934 a 1977. En este último año, por un decreto del presidente José López Portillo se ordenó fusionar las empresas del país bajo el mando federal y la compañía pasó a denominarse Ferrocarriles Unidos del Sureste.

 

Historia del Ferrocarril del Sureste

Los antecedentes del Ferrocarril del Sureste se remontan a 1904 y 1905, cuando el ingeniero Pedro González hizo los primeros estudios de reconocimiento para trazar una línea que uniera algunos puntos del sureste.

El 22 de enero de 1909 Leandro Hernández, ministro de Comunicaciones,  envió una carta a José Yves Limantour, secretario de Hacienda del gabinete de Porfirio Díaz, donde mencionaba la posibilidad de construir una vía férrea que uniera el Istmo de Tehuantepec con Campeche.

Si bien el trazo parecía algo “irracional” por los diversos ríos, riachuelos y, en general, la geografía accidentada, el proyecto estaba sustentado por varios estudios realizados por ingenieros. Se planteó unir el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec con Campeche. Se eligió Santa Lucrecia, en Veracruz, por ser un punto de conexión entre el Ferrocarril de Veracruz y el del Pacífico.

A pesar de que el proyecto fue aprobado no se llevó a cabo, quizá por la agitación revolucionaria que estaba en puerta. Veintitrés años después, en un diario de circulación nacional se publicó la noticia de que el presidente Pascual Ortiz Rubio había aprobado un acuerdo para que el gobierno federal construyera un ferrocarril que comunicara el Istmo de Tehuantepec con “la lejana” península.

No obstante, fue hasta 1934, con el Programa de Integración Nacional, cuando los trabajadores de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM) hicieron vuelos de reconocimiento y realizaron estudios preliminares para definir la ruta del Ferrocarril del Sureste. En 1935 los trabajos se intensificaron y al año siguiente se mandaron catorce brigadas de obreros para comenzar la construcción. Además de la edificación de nuevas vías, la obra incluyó la reconstrucción de obras de drenaje, el refuerzo de terraplenes, la nivelación de vía, la ampliación y la reparación de puentes, el balastado de vía, la sustitución de durmientes en mal estado, el cambio de riel en donde era necesario y la construcción de puestos de socorro para los trabajadores.

La empresa se enfrentó a varios problemas, como la distribución del equipo que se necesitaba para la construcción, la capacitación del personal y el tránsito de la maquinaria pesada por terrenos pantanosos o de fango. Cabe señalar que era necesario dotar constantemente de herramientas y abastecer a los campamentos con víveres, mercancías, ropa, medicina y agua potable. 

Otra dificultad que se presentó fue la adquisición de las tierras por donde pasaría la vía; se tuvo que negociar con los dueños para poder obtenerlas.

Ejemplo de ello es lo sucedido con el predio rústico denominado Esquipulas, localizado en la colonia Belisario Domínguez del municipio Pichucalco, en Chiapas. Con motivo de la construcción de la línea se necesitaba “atravesar” el predio del señor Eraclio Sánchez Gómez y ocupar 9 440 m² de su propiedad. El gobierno federal llegó a un acuerdo monetario con el afectado y la empresa pudo ocupar los terrenos mencionados para seguir con el tendido de vía.

Después de catorce años de construcción en diferentes partes del sureste, en mayo de 1950 se puso en servicio la primera parte de la línea; la que iba de Coatzacoalcos a Campeche. 

En 1957 fue inaugurada la vía ancha entre Mérida y Campeche, que a su vez ya estaba conectada con Coatzacoalcos y ésta, con el centro del país. Los principales diarios de Yucatán publicaron notas enalteciendo la labor del gobierno federal, que mandó al subsecretario de Comunicaciones, Walter Buchanan, a inaugurar la línea. 

Según Miguel Vidal Rivero, solamente en las obras ejecutadas en los 212 kilómetros del ferrocarril de Campeche-Mérida-Progreso se invirtieron 63 millones 449 mil 252 pesos en terracería, adquisición de equipo, maquinaria para el tendido de vía y rieles, etcétera. 

En 1962 y 1963, con la intención de mantener en buen estado la línea, se destinaron tres millones de pesos para construir ciento cuarenta casas de sección 23 para los trabajadores de vía. En 1964 se edificaron veinticuatro casas más.

En 1966, se adquirió equipo para continuar los trabajos de mantenimiento. Entre ellos, se enlistan: gatos hidráulicos, un arenero, un transformador de distribución de 13 mil 200 voltios, dos tornos automáticos, dos máquinas soldadoras, un taladro radial, dos bombas portátiles, un rectificador de válvulas, un torno para madera, una sierra, una grúa de tres motores, escantillones, un martinete electro-neumático, un trackmobile, etcétera. En ese año se realizó un inventario donde se enumera el equipo con el que contaba la empresa, aunque llama la atención que se encuentra dividido entre el que pertenece al “Sureste” y el de “Ferrocarriles Unidos de Yucatán”.

En el inventario se registraron veintiocho locomotoras de diésel en servicio de carga (dieciocho del Sureste y diez de FUY), tres en servicio de patio y todavía quedaban veinte locomotoras de vapor, aunque no se contaba con máquinas eléctricas, cuando en otras empresas de México ya se hacía uso de ellas. Además, había doscientos cincuenta y dos furgones (veintisiete del Sureste y ciento quince de FUY), cuarenta y siete góndolas (treinta y ocho del Sureste y nueve de FUY), ochenta tanques (cuarenta y tres del Sureste y treinta y siete de FUY) y ciento un locomotoras de pasajes (cincuenta y siete del Sureste y cuarenta y cuatro de FUY). De 1966 a 1968 se realizó un presupuesto para rehabilitar la línea por un total de 490,052,182.76

De 1970 a 1975 los trabajos continuaron y, según un informe de la subgerencia de vía y estructura, se realizaron labores de terracería, de drenaje, de pintura, de balastado y nivelación; se remacharon puentes; se construyeron nuevas vías y se repararon las dañadas; y se edificaron nuevos inmuebles en Tenabo, Pomuch, Becal, Hecelchakán, San Dimas, Peto, Izamal y Valladolid.

En estos años, de acuerdo con un documento estadístico de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se invirtieron 913 mil 889 pesos en sueldos y salarios del personal que trabajó en la conservación de vías, estructuras y de equipo, así como en el de tráfico de transportes. También está el registro de 338 mil 584 pesos destinados a materiales de explotación. Cabe mencionar, sin embargo, que en el informe no se menciona si ese dinero se destinó a una parte de la línea o a toda la extensión.

Los Ferrocarriles del Sureste contó con una Contaduría General dividida en tres secciones para su administración: Ingresos, Egresos y Estadística. Por último, la Auditoría Externa tenía a los inspectores de trenes y a los auditores de las estaciones, los contables y al de materiales.

En relación con la infraestructura, la línea del se dividió para su operación en cuatro distritos con estaciones propias: Mezcalapa (estación en Chontalpa), Usumacinta (Salto de Agua y Palenque), Candelaria (Candelaria) y Champotón (Uayamón y La Chiquita). Adicionalmente, el Ferrocarril del Sureste tuvo cuatro talleres importantes para el mantenimiento del equipo en Campeche, Teapa, Tenosique y Coatzacoalcos. Llama la atención que no se mencionan los talleres de Mérida, los más grandes del sureste mexicano. Los talleres de Campeche tuvieron almacenes, oficinas e instalaciones auxiliares y se destinaron para reparar equipo rodante y de construcción.

Cabe señalar que, en los primeros años del Ferrocarril del Sureste, se intentó construir un taller de carros, pero no se avanzó mucho por la falta de presupuesto. Los de Teapa y Tenosique están localizados en Tabasco; inicialmente, ambos se construyeron con estructura de rieles de recobro y techos de lámina y se utilizaron para el mantenimiento de locomotoras, equipo rodante y de conservación de vía. Estos últimos se utilizaron para la operación de la empresa. Finalmente, los de Coatzacoalcos, en un primer momento fueron construidos de manera provisional, ya que se necesitaba un edificio para los trabajos que se estaban realizando en la línea. Empero, se planeaba levantar otros en un punto estratégico de la línea y los Ferrocarriles Nacionales de México.

El Ferrocarril del Sureste mejoró el tráfico de mercancías y de pasajeros. Antes de su construcción la comunicación con la península era cara, ya que se dependía del transporte marítimo. No obstante, según los primeros estudios de los tramos terminados en 1950, el comercio mejoró y se esperaba que, al concluir la línea, los precios se abarataran y el intercambio comercial se intensificara.

Consideraciones finales

El Ferrocarril del Sureste fue una línea que unió la península con el resto del país. En este estudio ofrecí un panorama de la historia de la línea de la parte peninsular y de los inicios del Ferrocarril del Sureste. Mencioné que la primera vía férrea en Yucatán comenzó a construirse en 1875. El proceso duró treinta y ocho años, cuando, en 1913, se puso en marcha la línea Mérida-Tizimín y quedó consolidado el sistema férreo yucateco. A pesar de que hubo proyectos para unir algunas regiones del actual estado de Quintana Roo y que Campeche estuvo unido con Yucatán en 1898, no existió una red que comunicara la península con el resto de México.

En los albores del siglo XX se realizaron los primeros intentos para unir la península con la nación, pero no fueron fructíferos. En 1932 se volvió a retomar la idea de crear una empresa para articular un sistema férreo nacional que incluyera al sureste. Empero, fue durante el gobierno de Lázaro Cárdenas que se comenzaron los trabajos de construcción para unir las líneas. En 1950 se inauguró la primera vía que conectó Coatzacoalcos con Campeche, pero la obra continuó hasta 1970. Los registros e inventarios de 1960 de la compañía me permitieron dar un panorama general de los trabajos que se ejecutaron en esa década y el dinero destinado para su construcción. En 1977, los Ferrocarriles del Sureste quedaron bajo el mando del gobierno federal y pasaron a denominarse Ferrocarriles Unidos del Sureste.

MIRADA FERROVIARIA, Año 15, No. 46, septiembre-diciembre 2022, es una publicación electrónica publicada por la Secretaría de Cultura con domicilio en Paseo de la Reforma 175, Cuauhtémoc, Ciudad de México. C.P. 06500, a través del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, por medio del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias. Editor Responsable: Román Moreno Soto. Responsable de la última actualización, unidad editorial del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, fecha de última modificación 30 de noviembre 2022.

lunes, 5 de agosto de 2024

Historia del Ferrocarril en Campeche y la Península de Yucatán

En los procesos de apropiación del territorio mexicano, destaca de manera general la organización regional y nacional de sus pobladores en torno a conectar y desarrollar los medios necesarios para migrar, transportar, producir o consumir distintos bienes y servicios a lo largo y ancho de la superficie, ya sea por tierra o por agua, así como en varios momentos de la historia; en uno de ellos se inserta la historia del ferrocarril en Campeche. El presente artículo se desprende de una primera aproximación histórica a los 150 años de la existencia del ferrocarril, desde los primeros planes constructivos hasta los proyectos ferroviarios del siglo XXI.

Se pueden reconocer cinco etapas de transformación del sueño ferroviario: 1. De 1857-1913 con la edificación de la red regional ferrocarrilera por parte de empresarios locales. 2. De 1913-1934 con diferentes procesos de consolidación y crisis. 3. De 1934-1999 marcada por la nacionalización del tendido ferroviario, donde se puede resaltar el año de 1950, cuando se logra la conexión de la península con el resto del país. 4. De 1999-2007 donde el ferrocarril ante el descuido y deterioro de su uso sufre un proceso de privatización frente al auge del autotransporte; y 5. el resurgimiento del anhelo ferroviario en el siglo XXI.

1857-1913 Construcción. El sueño peninsular de los caminos de hierro obedeció al esfuerzo de empresarios y políticos locales por un sistema productivo moderno y competitivo que vendiera materias primas a gran escala en el extranjero (Águila y Bortz, 2020, p. 40). Los proyectos se concentraron en la ciudad-puerto de Campeche y Hopelchén; y en el norte y noreste de la península, con epicentro en Mérida y Valladolid. El objetivo era que los ferrocarriles trasladaran gran cantidad de mercancías provenientes de las zonas hacendarias o selváticas hacia los puertos de exportación y unir ambas capitales. Estos esfuerzos, aislados y paulatinos, no contaron con inversión internacional (Gantús, 1996, pp. 2386 y Barceló, 2014, pp. 6-14).

Entre 1881 y 1908 dos iniciativas campechanas tuvieron logros parciales. La primera intentó vincular a la ciudad de Campeche con Calkiní, buscando completar la conexión Calkiní-Mérida (cuya concesión la tenía la firma yucateca Compañía Peninsular de Ferrocarril), pero sólo logró el tendido Campeche-Lerma y Tenabo-Pomuch. La segunda fue el Ferrocarril Campechano, compañía encabezada por Fernando Carvajal de Estrada, que no consolidó la comunicación del puerto con los Chenes desde Bolonchenticul, pero sí hasta la Hacienda Uayamón (Gantús, 1996, pp. 30-86). En Yucatán, por su parte, se construyó un reticulado que unió a Mérida y Progreso con Valladolid, Tizimín y Peto; mientras que la Compañía Peninsular del Ferrocarril comunicó Campeche con Mérida; para 1902, estas empresas se fusionaron en los Ferro-

En Quintana Roo sólo hubo un tendido temporal con objetivo militar en contra de los mayas rebeldes (Barceló, 2014, pp. 9-14). 1913-1934 Consolidación y crisis. Los caminos de hierro contribuyeron a la consolidación del comercio regional. El Ferrocarril Campechano prestó sus servicios de transporte diario por 17 años, con carros para pasajeros y plataformas de carga (Gantús, 1996, pp. 81-82).

En Yucatán, las élites comerciales conformaron una oligarquía que monopolizó la venta del henequén en el mercado norteamericano, a costa de la semi esclavitud maya, a la par de que emergió un proletariado ferrocarrilero (Barceló, 2014, pp. 14-16; Águila y Bortz, 2020, pp. 39-41). No obstante, la Revolución Mexicana impactaría en lo anterior: en Campeche el tren y las vías sufrieron ataques por alzados en 1911 y 1913, que si bien pudieron ser reparados no posibilitaron la ampliación (Gantús, 1996, pp. 89-93).

En Yucatán, los movimientos locales propiciaron un clima de inestabilidad, agravado por el control que ejerció el carrancismo sobre la oligarquía yucateca, logrando romper el monopolio del henequén, lo que beneficio a la industria ferrocarrilera, aunque hubo huelgas obreras en 1911 y 1922 (Águila y Bortz, 2020, pp. 42-46). En este año, la economía de Yucatán entró en retroceso y los Ferrocarriles Unidos de Yucatán ostentaron una abultada deuda, todo esto agravado por la Gran Depresión de 1929 (Águila y Bortz, 2020, pp. 45-46). Los años veinte fueron de crisis en los ferrocarriles peninsulares: a la muerte de Carvajal el Ferrocarril Campechano fue parte de un pleito sucesorio, y dejó de funcionar en 1938 (Gantús, 1996, pp. 97101).

1934-1999 Nacionalización e integración. A diferencia de lo que sucede con las primeras líneas férreas regionales, la idea de conectar el sureste con el resto del país surge en la década de 1930 como un proyecto federal en la búsqueda de lograr la tan anhelada unidad nacional. Se planeó que la ruta debía ir desde Campeche hasta el puerto de Coatzacoalcos para enlazar las vías peninsulares con el resto del sistema ferroviario nacional; sin embargo, no se contempló el enorme reto que representarían las condiciones geográficas y climáticas de la región, por lo que la construcción fue por demás hostil, además que con el paso de los meses una gran cantidad de deserciones, enfermos y muertos fue frenando el proyecto. Por otra parte, la escasez de acero que se presentó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) retrasó la construcción de los puentes necesarios para atravesar los ríos de la región, inaugurándose hasta el 29 de mayo de 1950 el tendido de hierro por el presidente Miguel Alemán en la ciudad de Campeche (SCOP, 1950, pp. 13-81).

La construcción, financiamiento y operación del Ferrocarril del Sureste se mantuvo bajo el control estatal hasta finales del siglo XX, primero a través de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, (SCOP) y a partir de 1968 como parte de la compañía paraestatal de los Ferrocarriles Unidos del Sureste (Capasso, 2007, p. 19). Durante este periodo ofreció servicio tanto de carga como de pasajeros, caracterizándose este último por una gran comodidad y seguridad (Carballido, 2020), y a la vez marcando otra gran diferencia con los antiguos ferrocarriles peninsulares que estaban fundamentalmente avocados al transporte de mercancías.

1999-2007 Decadencia y privatización. El ferrocarril comenzó a perder terreno frente al autotransporte a partir de la segunda mitad de la década de 1970, principalmente como consecuencia de la inexistencia de una doble vía que permitiera que los traslados fueran mucho más veloces y frecuentes, además de la obstaculización constante por parte de las camioneras que no querían ver sus intereses afectados (Zarco, 2005, p. 8). Así, ante a la imposibilidad de competir contra el autotransporte y tras un fuerte proceso de deterioro y abandono por parte del gobierno, esta línea férrea fue dada en concesión a empresas privadas como parte del proceso de privatización.

En concreto, las vías que abarcan los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas fueron concesionadas en 1999 a la empresa mexicana Ferrocarriles Chiapas-Mayab según consta en el Diario Oficial de la Federación (1999). Sin embargo, ésta quedó con dos troncales que no estaban conectados, por lo que se tuvieron que enlazar a través de la vía transísmica a cargo del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, empresa de participación estatal mayoritaria dado que dicha ruta abarca una zona nacional estratégica (Zarco, 2005, pp. 20-21). Finalmente, ésta última empresa se hizo del control de los troncales en 2007 tras el anuncio hecho por Chiapas-Mayab de su renuncia a la concesión por falta de recursos para reestablecer el servicio que se había suspendido desde el 2005 por los daños causados por el huracán Stan. Así, el ferrocarril peninsular regresó al control nacional, que es como se mantiene hasta hoy.



Proyectos del siglo XXI. La ilusión de una región productiva en la que los ferrocarriles peninsulares son un eslabón estratégico vuelve a ver la luz en el siglo XXI. Una novedad es que los nuevos planes reviven no sólo al trazado histórico, sino que incluyen al estado de Quintana Roo, históricamente olvidado. Los puertos tanto marítimos como aéreos, y las ciudades son nuevamente los puntos de unión, pero los objetivos prioritarios están puestos, no tanto en el comercio de materias primas o la articulación nacional y regional, sino en la promoción turística del patrimonio ecológico y cultural (arqueología, historia y cultura viva).

Como parte de los planes de Desarrollo Nacional de los últimos dos sexenios (2012-2024), se han propuesto: el proyecto del Tren Rápido Transpeninsular en 2012, el que correría de Campeche hacia Mérida y Punta Venado con la finalidad de promover el turismo, sin embargo, este fue cancelado en 2015 por falta de presupuesto federal (Memoria documental, s/f, pp. 3-4); y el proyecto Tren Maya en 2018 que pretende comunicar la Riviera Maya con el resto de la nación; en esta ocasión existe un interés y demanda por preservar el patrimonio biocultural de la región. Dicho circuito comprende tres tramos Caribe, Golfo y Selva (con 19 estaciones y 12 paraderos) resaltando que en esta última se ubica la Biosfera de Calakmul, único lugar considerado Patrimonio Mixto de la Humanidad (2014), al cual accederán fácilmente los turistas por medio del tren (Ficha Técnica, 2019). Como reflexión final, la presencia del ferrocarril en la región campechana y peninsular no es un asunto sólo del presente, sino que se arraiga dentro de una larga data de procesos nacionales y locales.

La apropiación del territorio mexicano durante las cinco etapas regionales que se han mencionado nos deja vislumbrar el desafío geográfico que representó el tendido férreo, así como los beneficios que otorgó el tren a la sociedad llegando hasta al ciudadano común. El sueño ferrocarrilero ha convocado a distintos actores, administraciones y proyectos que fueron conectando en el espacio-tiempo diferentes intereses, anhelos, economías y expectativas. Lo que ocurrirá en la última etapa está aún por contarse.

Martha Beatriz Cahuich Campos | Alejandra Borbolla Vázquez | Elvia Flores Flores | Ma. Guadalupe Rodríguez Espinoza | Fernando Isaac Sánchez Carballido

domingo, 24 de julio de 2022

El Ferrocarril Transiberiano


El ferrocarril Transiberiano (en ruso, Транссибирская магистраль, Транссиб, pron. Transibírskaia maguistral, Transsib) es una red ferroviaria de carga y pasajeros que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso hasta el océano Pacífico, además de Mongolia, China y Corea del Norte. La línea original, con una longitud de 9288 km, se completó en 1904. Posteriormente se han construido otras tres rutas y varios ramales más, abarcando 10 267 km.

Operado por los Ferrocarriles Rusos (RZhD), el Transiberiano constituye el mayor sistema único de transporte terrestre del mundo y el segundo recorrido ferroviario más largo, después del complejo Madrid - Yiwu. Forma parte esencial de la llamada Nueva Ruta de la Seda. El viaje completo en coche de pasaje requiere poco menos de una semana.

El 21 de julio de 1904, parte desde Moscú hacia Vladivostok la primera locomotora del Transiberiano. Este proyecto fue impulsado por el zar Alejandro III, nació para dar solución al aislamiento que sufría Siberia, comunicada con el resto del país únicamente por los ríos, que permanecían congelados durante casi todo el año. 

Su construcción duró 26 años, y con más de 9.200 kilómetros de vía de tren que pasan por siete franjas horarias distintas, dos ramales: el Transmachuriano, que concluye en China, y el Transmongoliano con final en Pekín, pero pasando por Ulán Bator es el trayecto en tren más largo del mundo. 

En su construcción, que costó 40 millones de euros de la época, trabajaron miles de obreros, la mayoría presos y soldados, muchos fallecieron por los rigores del clima y de la zona y por las enfermedades de la época. 

Pero uno de los objetivos marcados no se cumplió: si de lo que se trataba era demostrar a Occidente que Rusia estaba totalmente a su nivel, los comentarios de los visitantes extranjeros que lo utilizaban no hacían más que destacar que el Transiberiano era inútil y costoso, y sus trenes incómodos y destartalados. 

No obstante, con el transcurso del tiempo, este tren no solo fue el principal eje vertebrador económico de la Unión Soviética sino que sigue siendo una vía de comunicación  importante entre los dos extremos del país. Fundamental para el  30 por ciento de las exportaciones rusas y el comercio con Europa y con China.


La ruta principal fue inaugurada después de trece años de trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9288 km,1​ une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más precisamente con Vladivostok (localizada en el mar del Japón, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente”), atravesando la mayor parte de la que fue Asia Zarista. Esta vía, que atraviesa ocho zonas horarias y cuyo recorrido demanda cerca de 7 días de viaje, constituye el servicio ferroviario continuo más largo del mundo, con excepción de la ruta que se hace dos veces al mes regularmente, y que sirve de conexión entre Moscú y Pionyang. Hay ramales a China, a través de Mongolia y Manchuria, con servicio continuo a Corea del Norte.

Otro ramal de importancia dentro de esta extensa red ferroviaria es el Transmanchuriano, cuyo recorrido coincide con el Transiberiano hasta Társkaya, unos 1000 km al este del lago Baikal. Desde la ciudad de Társkaya, el Transmanchuriano enfila al sureste hacia China, y sigue su recorrido hasta finalizar en Pekín.

La tercera de las rutas primarias es el Transmongoliano, que coincide en su traza con el Transiberiano hasta Ulán Udé, en la ribera este del lago Baikal. Desde Ulán Udé, el Transmongoliano enfila al sur hasta Ulán Bator, tras lo cual sigue en dirección sudeste hasta Pekín.

En 1991 fue completada una cuarta ruta, cuyo recorrido se encuentra más al norte, tras más de cinco décadas de obras esporádicas. Conocida como Ferrocarril Baikal-Amur, esta extensión se separa del Transiberiano varios cientos de kilómetros al oeste del lago Baikal, y lo atraviesa por su extremo norte. Esta ruta alcanza el océano Pacífico al noreste de Jabárovsk, en Sovétskaya Gavan. Si bien brinda acceso a la notable costa norte del Baikal, este ramal se caracteriza también por atravesar zonas consideradas peligrosas.

Aunque fue comparable al canal de Panamá o al de Suez, la gran línea ferroviaria nunca llegó a ser valorada como obra de ingeniería.

martes, 14 de junio de 2022

El Tren Maya unirá a Coatzacoalcos y Cancún


En su visita a la API de Coatzacoalcos, AMLO informó que el ferrocarril del Istmo de Tehuantepec también será de pasajeros y se unirá con el Tren Maya.

COATZACOALCOS, VER. - El ferrocarril del Istmo de Tehuantepec que unirá a Coatzacoalcos, Veracruz, con Salina Cruz, Oaxaca, también tendrá una línea de pasajeros y se conectará con el Tren Maya, permitiendo un enlace directo por esta vía a Cancún, Quintana Roo. 

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aseguró durante su visita a la Administración Portuaria Integral (API) de Coatzacoalcos, que son más de mil kilómetros de vías las que serán inaugurados a finales del 2023.

El tren de pasajeros partirá de Salina Cruz a Coatzacoalcos, posteriormente viajará a Palenque, Chiapas, donde se unirá con el Tren Maya y tendrá como destino final Cancún.

"Ya tenemos los recursos públicos para modernizar el ferrocarril de Coatzacoalcos a Palenque y ahí este ferrocarril va a entroncar con el tren maya, osea que en el caso de carga se unirá desde la Ciudad de México hasta Cancún, y en el caso de pasajeros será de Salina Cruz, Coatzacoalcos, Palenque y Quintana Roo", dijo López Obrador.

Las vías del ferrocarril, los puertos y los 10 parques industriales del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec quedarán a cargo de una empresa de la Secretaría de la Marina (Semar) "para evitar que caigan en manos de particulares".

En la visita, López Obrador estuvo acompañado de la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, y el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, el responsable del Corredor Interoceánico, Rafael Marín Mollinedo, y del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez.

Noticia de | La Silla Rota

lunes, 27 de diciembre de 2021

Hallazgo de 48 edificios prehispánicos obliga a desviar ruta de Tren Maya

Ante los descubrimientos de estructuras y monumentos con valor arqueológico se incrementó el camino en Campeche y Yucatán para preservar estos vestigios, informó la comisionada del INAH


Mérida, Yucatán. —El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que el hallazgo de 48 estructuras prehispánicas monumentales obligó a desviar la ruta original del Tren Maya.

La comisionada de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, adscrita al INAH Yucatán, María de Lourdes Toscano Hernández, aseguró que la ubicación de monumentos de valor arqueológico, en varios puntos, implicó incrementar de 175 a 300 kilómetros la ruta del Tren Maya en los estados de Campeche y Yucatán con el objetivo de preservar estos vestigios.

Apenas el pasado fin de semana, durante las obras de construcción del segundo tramo del Tren Maya, ubicado entre Escárcega y Calkiní, Campeche, se descubrió un espacio prehispánico donde se ubicaron dos altares, un monolito con la forma de un caparazón de tortuga y también una cabeza trabajada en roca.

En octubre de 2020, durante los trabajos del tren se localizaron en el sur de Campeche vestigios de dos ciudades mayas, los cuales agrupan por lo menos 91 estructuras, que por su morfología y distribución corresponden a edificaciones prehispánicas de tipo monumental.

Toscano Hernández declaró que a lo largo de los mil 500 kilómetros de la ruta del Tren Maya se han descubierto 18 mil 424 monumentos que cronológicamente se ubican antes de la llegada de los españoles y expresó que en el tramo 3, de Calkiní a Izamal, se han descubierto 6 mil 736 monumentos.

“En el tramo 3, unos 4 mil 934 vestigios son inmuebles, que en su mayoría son restos de casas mayas; asimismo, mil 802 son vestigios muebles en su mayoría restos de vasijas”, afirmó.

La arqueóloga añadió que el trabajo del INAH es proteger el patrimonio histórico del país, por ello, “antes de cualquier obra, como puede ser la construcción de un fraccionamiento y en este caso el Tren Maya, se realiza un salvamento arqueológico, que es una preparación física de toda el área que será afectada por algún proyecto.

Sostuvo que en el caso de Yucatán se tuvo ocupación humana antes de la llegada de los españoles, por lo que actualmente en una hectárea se encuentran por los menos tres vestigios prehispánicos, que pueden ser monumentos inmuebles o muebles.

Según Toscano Hernández, el Tren Maya se ha convertido en detonante de la investigación y generador de conocimiento sobre la civilización maya, pues los descubrimientos del Instituto Nacional de Antropología e Historia significan un adelanto de 100 años en el desarrollo de las investigaciones de esta cultura.

El Universal

domingo, 15 de agosto de 2021

El tren sin paradas más larga del mundo


Desde Moscú a Pyongyang, los viajeros pueden recorrer el continente asiático de una punta a otra y pasar por siete husos horarios diferentes sin si quiera bajarse del tren.

A través de 10267 km desde Moscú hasta Pyongyang, esta ruta transiberiana es la ruta de tren sin escalas más larga del mundo. Durante ocho días, los viajeros podrán recorrer el continente asiático de una punta a otra y pasar por siete husos horarios diferentes sin ni quiera bajar del tren.

Sin embargo, los turistas que no sean ciudadanos norcoreanos no podrán entrar en la capital del país, así que para ellos la ruta termina en Tumangang, la ciudad fronteriza de Corea del Norte con Rusia. O bien, pueden optar por no salir de tierras rusas y atravesar todo el corazón de Siberia hasta la terminal de Vladivostok.

Hay que tener en cuenta que, para quienes viajen por placer, no por necesidad, y quieran conocer y hacer escala en los lugares por los que pasa, no existe un tren transiberiano como tal, sino varios trenes turísticos y locales que recorren la ruta. Todos cuentan con decenas de compartimentos, un vagón restaurante y numerosas ventanas para disfrutar del paisaje cambiante: desde los frondosos bosques boreales a la fría tundra, pasando por los áridos desiertos de estepa.


Y para disfrutar de un contacto puro con la naturaleza, la parada en la ciudad de Irkutsk ofrece la oportunidad perfecta para visitar el lago más profundo de todo el planeta, el lago Baikal. Además, desde el tren se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del lago y sus aguas cristalinas desde las colinas que lo rodean.

Después de pasar Vladivostok, la última ciudad rusa del recorrido, solo los ciudadanos norcoreanos se podrán adentrar hasta Pyongyang, y es que el régimen tiene establecidas reglas muy estrictas para el turismo. Sus principales puntos de interés son edificios modernos como la Torre Juche o el Hotel Ryugyong, pero también el Mausoleo de Kim Il Jung.

Visto en | https://viajar.elperiodico.com/

La leyenda de la albarrada maya | Yucatán


Cómo los antiguos paraban las albarradas  que servía. Para división de terrenos ,planteles , o callejones  en Yucatán

Como esque traían piedras o tremendas piedrotas  para formar esos perfectos muros que en maya se dicen cheen koot porque no tienen ningún acabado y solo se usan piedras y cuñas que salen al romperlas  

Difunto de mi bisabuelito  una vez me contó como le asían los antiguos para poner piedrotas y subirlas una tras otra para formar las albarradas 

Mira hijo mis  abuelos me contaron una vez que nuestros antepasados alzaron las albarradas para división de terrenos y para la plantación de los henequenales  

Que antiguamente las piedras no pesaban nada y se podrían poner como uno lo quisiera y no tenías que ir por ellas solo chiflandolas  y diciendoles koten waye tunich las piedras venían hacia ti y al llegar uno las acomodaba para formar las bardas 

Pero un día el hombre los acarreo y dejaron de venir al chiflarlas. 


Y por también los welitos  querían hacer su barco como no pesaban flotaban el el mar y cuando se iba. A subir los castigaron por los dueños del Monte asiendo que las piedras pesen y se hundan es por eso que ahora las piedras son pesadas 

Lo mismo pasó con la leña que sirve para cocinar los alimentos 

Antaño solo se chiflaba  y se decía koten waye sio 

Y la leña venía hacia ti  pero el hombre dijo a va a tardar que venga aqui y decidió cargarla y llevarla por su cuenta entonces la leña dejo de venir por si sola

Se asegura que por las noches se oye la caída de las albarradas después de alguna llovizna. Cuando alguien pasa distraído en aquellos sitios, oye cómo caen fuertemente y ruedan las piedras. Este ruido lo asusta y lo hace alejarse corriendo, en busca de un

lugar más seguro.

Pero cuál es su sorpresa, cuando al pasar al día siguiente por el mismo paraje, no se encuentra ninguna albarrada desmoronada.

Relatado por gente anciana de Yucatán.

Mil quinientos hallazgos arqueológicos en la ruta del Tren Maya


Los descubrimientos se suman a otros dos mil que habían sido ya reportados durante las obras para la construcción de otros dos tramos en Tabasco y Campeche.

Recientemente, el Fondo Nacional del Turismo (FONATUR) informó del hallazgo de aproximadamente mil quinientos sitios arqueológicos en las inmediaciones de las vías del futuro Tren Maya, un megaproyecto cuya ruta de construcción consta de siete diferentes tramos que van desde Chiapas y hasta Cancún. Los descubrimientos se reportaron mientras se hacían labores de drenaje en el tramo que irá de la localidad de Calikní en Campeche, al pueblo yucateco de Izamal, y el organismo informó que están trabajando de la mano con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para preservar y salvaguardar la integridad de estos restos arqueológicos.

Si se concluye que el paso del tren afectaría a uno o más de estos hallazgos, se propondría modificar la ruta y desviarla un poco. Sin embargo, esto sólo sucedería si los arqueólogos que actualmente se encuentran investigando los hallazgos, encuentran algo relevante.

1500 hallazgos… y los que faltan

En los trabajos de construcción de los dos primeros tramos (entre Palenque, Escárcega y Campeche) se ha reportado el descubrimiento de otros 2 mil sitios de interés arqueológico. Sin embargo, los nuevos mil quinientos representan un incremento considerable en la densidad de vestigios, una cantidad que además es probable que continúe incrementándose mientras se comience a trabajar en los alrededores de Valladolid o la reserva de Calakmul. Además, el tramo de 172 km en cuestión también atraviesa la Reserva Estatal Geohídrológica Anillo de Cenotes, un área natural protegida de casi 220 mil hectáreas de extensión que funciona como una fuente crucial de recarga de los mantos acuíferos que proveen de agua al estado de Yucatán y a la ciudad de Mérida.

Trabajos de rehabilitación en las vías que formarán parte del Tren Maya. Foto: Tren Maya.

anillo de cenotes yucatan Mapa en el que se señala el Anillo de Cenotes (puntos azules) y la ruta planeada del Tren Maya. Fuente: Geovisualizador de la Península de Yucatán GeoComunes  – CCMSS. Imagen elaborada por Alejandra A. Orozco A. del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

La ruta del Tren Maya conectará 50 zonas arqueológicas abiertas al público, diez museos, dos zonas de monumentos históricos y cinco sitios clasificados como Patrimonio Mundial por la UNESCO (Uxmal, Palenque, Chichen Itza, Calakmul y la ciudad-fuerte de Campeche) —además de numerosas haciendas históricas, iglesias coloniales, estaciones ferroviarias porfirianas y alrededor de 40 cenotes. Estas zonas arqueológicas, y aparte de los servicios turísticos que ofrecen a sus visitantes, también funcionan como centros de investigación y conservación arqueológica, y es importante tener en mente que el porcentaje que ha sido excavado de ciudades que, como Tulum o Mayapan, han sido ya ‘descubiertas’ y se encuentran abiertas al público, no suele pasar del 10%. Este porcentaje nos da una idea de lo mucho que se sigue escondiendo debajo de la maleza y la jungla de la península.

Los yacimientos más allá de las grandes ciudades mayas

La antigua civilización maya funcionaba a través de un sistema de ciudades-Estado que guerreaban, comerciaban y forjaban alianzas entre ellas. Si bien hasta la fecha se han ‘descubierto’ las más grandes (como Palenque, Tikal, Uxmal, Cobá o Copán), un gran número de ciudadelas y pequeños Estados satélites siguen sin ser localizados—aunque se tenga noticia de su existencia. En la gran mayoría de los casos, el panorama yucateco suele dar la impresión de ser uno de vegetación pura. Sin embargo, el uso de nuevas tecnologías (como el láser LiDAR y las cámaras infrarrojas) es lo que ha permitido en muchos casos ubicar construcciones mayas que han sido tragadas por la selva. De este modo se han descubierto verdaderas metrópolis de esta antigua civilización que floreció en el llamado período clásico mesoamericano (300 d.C – 950 d.C.).

Reconstrucción con láser de la antigua ciudadela de Sak Tz’i, que comenzó a ser excavada apenas en 2019. Imagen: Cortesía de Charles Golden (Universidad de Brandeis).

Se ha reiterado que el proyecto del Tren Maya es una pieza clave para impulsar la economía del sureste mexicano, una región que tradicionalmente se ha visto relegada de los grandes planes nacionales de infraestructura. Sin embargo, el modelo de desarrollo que propone el proyecto le ha granjeado numerosas críticas, y un gran número de activistas, arqueólogos, historiadores y demás miembros de la sociedad civil, han expresado su preocupación por el daño irreparable que la construcción de la ferrovía puede generar sobre los ecosistemas de la península, su fauna, flora y, por supuesto, los innumerables yacimientos arqueológicos que aún yacen sumergidos en jungla.

Visto en | https://travesiasdigital.com/

miércoles, 28 de julio de 2021

La Locomotora NdeM #40 | Hecha enteramente por manos mexicanas


Un 27 de Julio, pero de 1913, salía de los talleres del ferrocarril de Aguascalientes una glamurosa e imponente locomotora, obra de manos y sudor mexicano, la locomotora NdeM 40

En la primera década del siglo XX los ferrocarriles nacionales aún eran operados y manejados por personal extranjero, pero el gobierno porfirista ciertamente ya planeaba la nacionalización de los mismos. Es así que desde 1909 por instrucción oficial se empezaron a incorporar mexicanos a los diversos puestos en los trenes con el fin de ir paulatinamente ocupando los puestos vacantes, cosa que molestaba a operarios y personal predominantemente norteamericano, quienes exigían incluso que los documentos, ordenes de trabajo, manifiestos de carga, registros de raya, etc... todo fuera en inglés. En 1912 una huelga del personal extranjero fue declarada ilegal por el gobierno mexicano y dichos trabajadores fueron despedidos, pasando sus puestos a ser ocupados por personal nacional.
Como parte de las necesarias labores para que los mexicanos pudieran adquirir experiencia, surgió la idea de contar con equipo de arrastre y locomotoras de fabricación nacional.
La tarea de construir la primera locomotora por Ferrocarriles Nacionales de México, con tecnología nacional, fue encomendada a los talleres de la ciudad de Aguascalientes, a cargo del proyecto estuvo el Mayordomo Mecánico Porfirio Valdez.


Los trabajos continuaron, aún en plena revuelta contra la dictadura huertista, de modo que el domingo 27 de julio de 1913, a las 10 de la mañana, ocurrió la ceremonia de presentación de la locomotora, hecha enteramente por manos mexicanas. Luego de que los constructores posaron junto a la máquina, se le permitió a la multitud acercarse, y ésta se arremolinó frente al aparato, llegando algunos a tocarla y subirse a ella.
El Gobernador de Aguascalientes, Carlos García Hidalgo, dedicó estas palabras a los asistentes:
"Profundamente agradecido y a la vez honrado por la altísima distinción que se me ha hecho al elegirme para controlar y para inaugurar esa hermosa máquina mexicana, joven, hija de nuestros obreros tiene para mí una importancia grandísima, y este honor lo juzgo como uno de los más altos de mi vida.
¡Obreros del porvenir, con vuestra labor, de la que tenemos la primera y magnífica muestra, habéis honrado la patria; habéis honrado a vuestros conciudadanos! En nombre de la patria y en nombre de vuestros conciudadanos, os felicito!
Habéis demostrado ser tan aptos como el obrero mejor del mundo; habéis demostrado ser capaces de construir, como él, y demostráis también que sois capaces de, con vuestro patriotismo, vuestra honradez y vuestra labor, característica y seria, ayudar a reconstruir el edificio del país, a consolidar el sistema del orden, inyectando con vuestra moralidad, nueva vida al cuerpo exánime de la patria agonizante.
Esa máquina, locomotora mexicana, flamante máquina hija de padres mexicanos y nacida en territorio mexicano, deberá llevar en la farola de la proa este nombre simbólico: ‘Alma Mexicana’”


En la década de los años 1940's el ingeniero acambarense José Téllez Cardozo construyó dos Locomotoras de vapor de vía angosta tipo GR-031, las número 295 "Hermana Mayor" y la número 296 "La Fidelita" construidas en el taller del ferrocarril de Acámbaro, estás 3 Locomotoras (40, 295 y 296) fueron las únicas Locomotoras construidas por ferrocarriles nacionales de México.
La Locomotora 40 se habia construido basandose en los planos de una Baldwin B13, pero al menos el roster revela que las locomotoras de este tipo son radicalmente distintas a la mexicana. La Nacionales de México No. 40 tenía una disposición de ruedas 0-6-0, esto es: cero ruedas delanteras, seis ruedas motrices y cero ruedas de arrastre.
En el año de 1917, la locomotora número 40 fue exhibida en la estación de "Buenavista Ferrocarril Mexicano".
La locomotora fue renumerada como NdeM 638 en 1930 y trabajó en los talleres de Nonoalco, posteriormente fue trasladada al taller de El Valle de México dónde trabajó con su amiga NdeM 639 y NdeT 504, en 1962 fue Dada de baja, y por ende deshuesada en ese año .

Podemos concluir que esta locomotora, en vida, no queda nada, todo aquel obrero, maestro mecánico, entre más multitud rielera que empeñó días, meses,etc... Ya no se encuentran con nosotros, pero una cosa queda para la historia.
La locomotora 40 de Ferrocarriles Nacionales de México, fue una demostración de hace más de 100 años, que México no necesita dependencia tecnológica de otro país, en estos días, las cosas no se puedan ver de la misma manera, esta locomotora representa para Aguascalientes, para México, y para el mundo, que de verdad, querer es poder, hay quienes han tenido el deseo de vivir para siempre, y su deseo se cumple, gracias a su legado histórico, tal es el caso de esta locomotora

Investigación: Joaquín Chávez Salabert
Fotografías: Acervo Cultural y Fotográfico JCS

martes, 20 de julio de 2021

Tren Maya ¿Cuándo comenzaría a circular?


Conoce todos los detalles que se han dado hasta el momento sobre el atractivo Tren Maya.

Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), presentó avances en la producción del material rodante para el Tren Maya, con el fin de que inicie a funcionar en diciembre del 2023.

Alstom, Bombardierm, Grupo Indi y Cupisa serán las empresas encargadas del proyecto que ya está en proceso acelerado de construcción y que es una de las novedades turísticas más esperadas de México.

El director de Fonatur reveló que la propuesta económica es de 36 mil 564 millones  y se integrarán tres tipos de trenes: estándar, con restaurante y para la estadía en el esperado Tren Maya.

Diseño del Tren

Se ha dado a conocer que el diseño exterior de los trenes está inspirado en una combinación entre lo tradicional de la región, que puede verse en los colores y elementos gráficos elegidos, así como el dinamismo.

Son tres nombres mayas y está  inspirado en aspectos de la región, se inspira mucho de las telas, de la cultura maya prevaleciente, en sí los Trenes del Tren Maya están inspirados en el jaguar.

Los ferrocarriles son tres y tienen los siguientes nombres: Tren estándar Xiinbal (caminar), Tren restaurante Janal (comer) y Tren de larga distancia P’atal (estadía).

Las diversas opciones de viaje

Xiinbal es para servicio regular y tendrá varias secciones. La primera clase, con cuatro asientos (separados de dos en dos) en cada fila; en tanto, la clase turista tiene ocho asientos por fila (dividos en cuatro y cuatro). Hay espacio para maletas, para subir con bicicletas y todos los trenes tendrán cafetería.

En cuanto a los Janal, habrá distintos niveles de servicios y distintas cocinas, configuradas en gabinetes para cuatro personas.

Cabe destacar que los P’atal tendrán camarotes. Éstos igual funcionarían de día, por lo que tiene camarotes para ese momento y otros para la noche. Habrá duchas privadas y tendrán grandes ventanas para poder ver el paisaje desde el recorrido del Tren Maya.

Noticia de | La Verdad