domingo, 24 de julio de 2022

El ferrocarril Transiberiano


El ferrocarril Transiberiano (en ruso, Транссибирская магистраль, Транссиб, pron. Transibírskaia maguistral, Transsib) es una red ferroviaria de carga y pasajeros que conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso hasta el océano Pacífico, además de Mongolia, China y Corea del Norte. La línea original, con una longitud de 9288 km, se completó en 1904. Posteriormente se han construido otras tres rutas y varios ramales más, abarcando 10 267 km.

Operado por los Ferrocarriles Rusos (RZhD), el Transiberiano constituye el mayor sistema único de transporte terrestre del mundo y el segundo recorrido ferroviario más largo, después del complejo Madrid - Yiwu. Forma parte esencial de la llamada Nueva Ruta de la Seda. El viaje completo en coche de pasaje requiere poco menos de una semana.

El 21 de julio de 1904, parte desde Moscú hacia Vladivostok la primera locomotora del Transiberiano. Este proyecto fue impulsado por el zar Alejandro III, nació para dar solución al aislamiento que sufría Siberia, comunicada con el resto del país únicamente por los ríos, que permanecían congelados durante casi todo el año. 

Su construcción duró 26 años, y con más de 9.200 kilómetros de vía de tren que pasan por siete franjas horarias distintas, dos ramales: el Transmachuriano, que concluye en China, y el Transmongoliano con final en Pekín, pero pasando por Ulán Bator es el trayecto en tren más largo del mundo. 

En su construcción, que costó 40 millones de euros de la época, trabajaron miles de obreros, la mayoría presos y soldados, muchos fallecieron por los rigores del clima y de la zona y por las enfermedades de la época. 

Pero uno de los objetivos marcados no se cumplió: si de lo que se trataba era demostrar a Occidente que Rusia estaba totalmente a su nivel, los comentarios de los visitantes extranjeros que lo utilizaban no hacían más que destacar que el Transiberiano era inútil y costoso, y sus trenes incómodos y destartalados. 

No obstante, con el transcurso del tiempo, este tren no solo fue el principal eje vertebrador económico de la Unión Soviética sino que sigue siendo una vía de comunicación  importante entre los dos extremos del país. Fundamental para el  30 por ciento de las exportaciones rusas y el comercio con Europa y con China.


La ruta principal fue inaugurada después de trece años de trabajo, el 21 de julio de 1904. Con una extensión de 9288 km,1​ une Moscú con la costa rusa del océano Pacífico, más precisamente con Vladivostok (localizada en el mar del Japón, y cuyo significado en ruso es “poder sobre oriente”), atravesando la mayor parte de la que fue Asia Zarista. Esta vía, que atraviesa ocho zonas horarias y cuyo recorrido demanda cerca de 7 días de viaje, constituye el servicio ferroviario continuo más largo del mundo, con excepción de la ruta que se hace dos veces al mes regularmente, y que sirve de conexión entre Moscú y Pionyang. Hay ramales a China, a través de Mongolia y Manchuria, con servicio continuo a Corea del Norte.

Otro ramal de importancia dentro de esta extensa red ferroviaria es el Transmanchuriano, cuyo recorrido coincide con el Transiberiano hasta Társkaya, unos 1000 km al este del lago Baikal. Desde la ciudad de Társkaya, el Transmanchuriano enfila al sureste hacia China, y sigue su recorrido hasta finalizar en Pekín.

La tercera de las rutas primarias es el Transmongoliano, que coincide en su traza con el Transiberiano hasta Ulán Udé, en la ribera este del lago Baikal. Desde Ulán Udé, el Transmongoliano enfila al sur hasta Ulán Bator, tras lo cual sigue en dirección sudeste hasta Pekín.

En 1991 fue completada una cuarta ruta, cuyo recorrido se encuentra más al norte, tras más de cinco décadas de obras esporádicas. Conocida como Ferrocarril Baikal-Amur, esta extensión se separa del Transiberiano varios cientos de kilómetros al oeste del lago Baikal, y lo atraviesa por su extremo norte. Esta ruta alcanza el océano Pacífico al noreste de Jabárovsk, en Sovétskaya Gavan. Si bien brinda acceso a la notable costa norte del Baikal, este ramal se caracteriza también por atravesar zonas consideradas peligrosas.

Aunque fue comparable al canal de Panamá o al de Suez, la gran línea ferroviaria nunca llegó a ser valorada como obra de ingeniería.

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